Que es la azoospermia y cual es su tratamiento 

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Que es la azoospermia y cual es su tratamiento 

La azoospermia es una afección en la que no hay espermatozoides presentes ( Ausencia de espermatozoides) en el eyaculado de un hombre. La ausencia de espermatozoides afecta aproximadamente al 1% de los hombres y puede causar infertilidad, ya que impide que el semen contenga espermatozoides viables para la fecundación. Afortunadamente, existen tratamientos para ayudar a recuperar la fertilidad de los hombres con azoospermia. Dependiendo de la determinación de causa subyacente, el tratamiento puede consistir en medicación, cirugía o técnicas de reproducción asistida como la inseminación intrauterina (IIU) y la fecundación in vitro (FIV). En este artículo hablaremos de las causas de la azoospermia y exploraremos algunos de sus posibles tratamientos.

Visión general de la azoospermia

La azoospermia es una afección en la que no hay espermatozoides presentes en el eyaculado de un hombre. Puede deberse a muchos factores distintos, como causas genéticas o ambientales, desequilibrios hormonales, obstrucciones en el aparato reproductor o problemas en función de los testículos. En algunos casos, la causa puede ser desconocida.

Existen dos tipos de azoospermia: obstructiva y no obstructiva ( azoospermia secretora). La azoospermia obstructiva se produce cuando existe una obstrucción física que impide que los espermatozoides salgan de los testículos. La azoospermia no obstructiva ( azoospermia secretora) está causada por una producción deficiente de espermatozoides debida a anomalías en los propios testículos. Éstas alteraciones pueden deberse a niveles hormonales anormales, infección o inflamación de los testículos, daños en los órganos reproductores debidos a traumatismos o intervenciones quirúrgicas, o anomalías cromosómicas como el síndrome de Klinefelter.

La azoospermia puede tener graves consecuencias para la fertilidad y no debe ignorarse. Afortunadamente, existen tratamientos para ayudar a recuperar la fertilidad en los hombres con azoospermia. Dependiendo de la causa subyacente, el tratamiento puede consistir en medicación, cirugías o técnicas de reproducción asistida como la inseminación intrauterina (IIU) y la fecundación in vitro (FIV). Algunos medicamentos utilizados para tratar la azoospermia son los agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH-a), la gonadotropina coriónica humana (hCG), el citrato de clomifeno (Clomid) y la terapia sustitutiva con testosterona (TRT). En ocasiones, la cirugía puede desbloquear obstrucciones causadas por cicatrices o lesiones, mientras que la FIV consiste en extraer óvulos de los ovarios de la pareja y luego fecundarlos con esperma de donante fuera del cuerpo antes de implantarlos en su útero.

Es importante que cualquier hombre que sospeche que puede padecer azoospermia acuda de inmediato a su médico para que le realice pruebas y le diagnostique, de modo que pueda comenzar el tratamiento adecuado lo antes posible y aumenten significativamente sus posibilidades de concebir hijos con su pareja.

Causas de la azoospermia

La azoospermia está causada por diversos factores, que pueden dividirse en dos categorías principales: obstructiva y no obstructiva. La azoospermia obstructiva se produce cuando hay una obstrucción física que impide que los espermatozoides salgan de los testículos. Esto puede deberse a una infección o inflamación en el tracto del aparato reproductor masculino o a defectos genéticos como la fibrosis quística o la atresia biliar congénita. La obstrucción también puede estar causada por daños en los órganos reproductores masculinos debidos a traumatismos, cirugía, quimioterapia o radioterapia.

La azoospermia no obstructiva está causada por una producción deficiente de espermatozoides debido a anomalías en los propios testículos. Pueden deberse a desequilibrios hormonales, anomalías genéticas como el síndrome de Klinefelter, maduración incompleta de los espermatocitos, infecciones o inflamación de los testículos, varicocele (venas dilatadas en el escroto), exposición a toxinas ambientales como el plomo y el mercurio, o cualquier otra anomalía que afecte a la producción de espermatozoides. Otras afecciones, como la diabetes o la obesidad, también pueden perjudicar la fertilidad al provocar niveles bajos de testosterona y reducir la calidad de los espermatozoides producidos.

En algunos casos, la azoospermia puede no tener una causa identificable; este tipo de azoospermia se conoce como azoospermia idiopática. En estos casos, será necesario investigar al paciente más a fondo para determinar si existe alguna enfermedad subyacente que pueda estar causando el problema.

Diagnóstico de la azoospermia

El diagnóstico de la azoospermia se basa en los resultados de los análisis de semen, que miden la concentración y la movilidad de los espermatozoides en el semen eyaculado de un hombre. Si no hay espermatozoides vivos o si su concentración es demasiado baja, puede indicar azoospermia. El médico también puede solicitar pruebas adicionales para investigar cualquier causa subyacente, como niveles hormonales, pruebas genéticas, diagnóstico por imagen del escroto (como una ecografía) y análisis de orina poseyaculatorio.

En algunos casos, puede ser necesaria una biopsia de los testículos para diagnosticar la azoospermia obstructiva o no obstructiva. Esto implica extraer una pequeña muestra de tejido de los testículos bajo anestesia local y analizarla para determinar la alteración de producción de espermatozoides. Una biopsia puede ayudar a determinar si la causa de la azoospermia se debe a una obstrucción o a una producción deficiente de espermatozoides en el organismo.

Es importante que cualquier padre o cualquier hombre que sospeche que puede tener azoospermia acuda inmediatamente a su médico para que le realice pruebas y le diagnostique, de modo que pueda iniciar el tratamiento adecuado lo antes posible y aumentar significativamente sus posibilidades de concebir con su pareja. Si no se trata, la azoospermia puede provocar infertilidad, así como otros problemas de salud como depresión y ansiedad debido a las implicaciones sociales que conlleva.

Tratamientos de la azoospermia

Los tratamientos de la azoospermia dependerán de la causa subyacente del trastorno. Si existe una obstrucción, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para desbloquearla y permitir que los espermatozoides fluyan libremente desde los testículos. En los casos de azoospermia no obstructiva, pueden utilizarse medicamentos como los agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH-a) y la gonadotropina coriónica humana (hCG) para estimular la producción de esperma. La terapia sustitutiva con testosterona (TRT) también puede ayudar a mejorar la calidad y movilidad del esperma en hombres con niveles bajos de testosterona.

En algunos casos, pueden recomendarse técnicas de reproducción asistida como la inseminación intrauterina (IIU) y la fecundación in vitro (FIV) para ayudar a las parejas a concebir un hijo cuando los tratamientos tradicionales no dan resultado. La IIU consiste en introducir espermatozoides de un donante directamente en el útero de la mujer mediante un catéter durante la ovulación, mientras que la FIV consiste en recuperar óvulos de los ovarios de la pareja, fecundarlos con espermatozoides de un donante fuera del cuerpo y luego implantarlos en su útero. Es importante que cualquier hombre que sospeche que puede tener azoospermia acuda inmediatamente a su médico para que le realice pruebas y le diagnostique, de modo que pueda iniciar el tratamiento adecuado lo antes posible y aumentar significativamente sus posibilidades de concebir con su pareja.

Tratamientos farmacológicos de la azoospermia

En los casos de azoospermia no obstructiva pueden prescribirse tratamientos farmacológicos para ayudar a estimular la producción de espermatozoides. Estos fármacos, conocidos como agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH-a), actúan estimulando la producción de hormonas como la hormona foliculoestimulante (FSH) y la hormona luteinizante (LH). Estas hormonas actúan entonces sobre los testículos, favoreciendo la producción de células madre esperma.

Otro fármaco que puede utilizarse para tratar la azoospermia es la gonadotropina coriónica humana (hCG). La hCG es similar a la LH y actúa estimulando el desarrollo de espermatozoides en los testículos. Cuando se combina con el tratamiento con GnRH-a, la hCG puede ayudar a aumentar el recuento de espermatozoides y la motilidad en los pacientes hombres con azoospermia no obstructiva.

La terapia sustitutiva con testosterona (TRT) también se recomienda a veces a los hombres con azoospermia debida a niveles bajos de testosterona. La TRT ayuda a mejorar la fertilidad aumentando los niveles de testosterona y mejorando la calidad del semen. Se ha comprobado que es un tratamiento eficaz para algunos hombres con azoospermia; sin embargo, el uso prolongado de testosterona puede provocar efectos secundarios como acné, caída del cabello y mayor riesgo de cáncer de próstata, por lo que sólo debe utilizarse bajo estrecha supervisión médica.

Remedios naturales para azoospermia

Además de estos tratamientos farmacológicos, el médico también puede prescribir cambios en el estilo de vida. La dieta y el ejercicio son factores importantes que afectan a la fertilidad; asegurarse de seguir una dieta sana llena de nutrientes esenciales como el zinc, el folato, el selenio y los ácidos grasos omega-3 es importante para mantener una producción normal de esperma. El ejercicio regular puede ayudar a reducir los niveles de estrés, que se han relacionado con una disminución de la fertilidad; sin embargo, no se debe abusar de él, ya que el ejercicio excesivo se ha relacionado con una disminución de los niveles de testosterona. Además, se recomienda evitar cualquier factor ambiental o de estilo de vida que pueda perjudicar la fertilidad; esto incluye limitar el consumo de alcohol, deshacerse de los cigarrillos o las drogas recreativas si las hay y minimizar la exposición a toxinas como el plomo o el mercurio siempre que sea posible.

Tratamientos quirúrgicos de la azoospermia

Los tratamientos quirúrgicos de la azoospermia pueden ser necesarios si la causa subyacente es una obstrucción o daño del aparato reproductor. Este tipo de tratamiento suele implicar primero una intervención quirúrgica para desbloquear la zona afectada y permitir que los espermatozoides fluyan libremente desde los testículos.

Un tipo común de cirugía para la azoospermia es la vasovasostomía, que se utiliza para reparar un conducto deferente (el tubo que transporta los espermatozoides desde los testículos) obstruido o dañado. La cirugía consiste en abrir el conducto y volver a conectarlo, lo que permite que los espermatozoides lleguen a los conductos eyaculadores y finalmente salgan a través de la eyaculación. Otro tipo de cirugía se denomina epididimovasostomía, que se utiliza para sortear las obstrucciones en el epidídimo (conducto que se aproxima desde los testículos); este procedimiento consiste en reconectar una porción del epidídimo directamente a un conducto deferente cercano, sorteando cualquier obstrucción.

En algunos casos, puede utilizarse otro tipo de cirugía denominada aspiración microquirúrgica del epidídimo (MESA) si la producción de esperma en los testículos es escasa. Este procedimiento consiste en extraer quirúrgicamente pequeñas porciones de tejido del interior del epidídimo y recoger los espermatozoides vivos presentes para utilizarlos posteriormente en técnicas de reproducción asistida como la FIV.

Técnicas de reproducción asistida (TRA) como opción de tratamiento para los hombres con azoospermia

Las técnicas de reproducción asistida (TRA) son una opción de tratamiento importante para los hombres con azoospermia. Las TRA implican el uso de técnicas especializadas para ayudar a las parejas a concebir cuando el hombre o la mujer son incapaces de hacerlo por medios naturales. En el caso de la azoospermia, en la que el hombre no tiene espermatozoides en el eyaculado, las TRA pueden utilizarse para fecundar un óvulo fuera del cuerpo e implantarlo después en el útero de la mujer. Este proceso puede realizarse mediante inseminación intrauterina (IIU) o fecundación in vitro (FIV).

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